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Los ancianos, tesoro de la Iglesia y de la sociedad

Publicado:
19 febrero, 2022

Foto: El obispo de Huelva, Santiago Gómez, junto a los delegados diocesanos para la Familia y la Vida, Pepa González y José Antonio García (a la izquierda del Obispo), y Jaime Alfonso Oliveira, director del secretariado diocesano para la Pastoral de los Mayores (a la derecha del Obispo).

“Hemos de volver a poner el cuarto mandamiento de la Ley de Dios como verdadero criterio de relación con las personas mayores”, ha expresado el obispo de Huelva, D. Santiago Gómez, en el marco del XVI Encuentro Diocesano de la Familia que se ha dedicado, de un modo especial, a las personas mayores.

Tras la suspensión el año pasado por causa de la pandemia Covid-19, ha vuelto este encuentro marcado en el calendario litúrgico como un momento especial que concita a parroquias, movimientos y asociaciones a participar de una jornada centrada en la familia que se ha celebrado esta mañana de sábado, 19 de febrero, en el Colegio Diocesano ‘Sagrado Corazón de Jesús’.

El delegado diocesano para la Familia y Vida, José Antonio García Morales, presentaba la jornada como “un acto de agradecimiento a nuestros mayores que son el soporte de tantas familias y, de un modo especial, quienes nos han heredado la fe”. Por su parte, el director del secretariado para la Pastoral de los Mayores, Jaime Alfonso Oliveira López, ha expresado que “los mayores no tendremos estudios pero sí la universidad de los años, tenemos mucho que seguir aportando a la Iglesia y a la evangelización; eso es lo que nos proponemos desde la Pastoral de los Mayores que estamos arrancando con mucha ilusión, a pesar de nuestra edad y nuestros achaques”.

Los ancianos, tesoro de la Iglesia y de la sociedad ha sido el tema central de este encuentro que ha sido expuesto por el obispo de Huelva, D. Santiago Gómez Sierra, en una ponencia en la que ha comenzado haciendo alusión al primer Congreso Internacional de la Pastoral de las Personas Mayores que, bajo el título “La riqueza de los años”, se celebraba en Roma a comienzos de 2020, cuya celebración “nos está hablando del desafío que supone la acogida y apuesta pastoral por las personas mayores en la Iglesia”.

D. Santiago Gómez ha dividido su exposición en tres partes. En un primer momento, ha hablado del compromiso cultural y educativo que supone esta pastoral con los mayores. “Hace falta una decidida protección de las personas mayores de toda posible exclusión y marginalidad; de la pobreza material, cultural, social y espiritual; intentando corregir la representación negativa y degradante de la vejez de nuestra cultura dominante”. Según ha explicado, “esto implica apreciar la vida como el don más importante que hemos recibido, superando el ideal de una percepción hedonista y narcisista de la persona en donde lo que importa es la belleza del cuerpo y la rentabilidad e interés de las personas, promoviendo una cultura y educación que invierta este orden de valores”. El Obispo ha hablado del “alzheimer cultural que olvida de dónde venimos cuando descartamos a las personas mayores, quienes construyen nuestra propia identidad y nos ponen en el camino y la tarea que hemos de continuar”. También, ha continuado, “debemos cambiar en la Iglesia el activismo y abrirnos más a la escucha y el discernimiento, para lo que necesitamos dos actitudes fundamentales: una voluntad de convertir el corazón para captar el sentido profundo del valor de las personas mayores; y, por otro lado, la actitud de don que tiene que darse entre las distintas generaciones, en la relación intergeneracional, en la que todos nos necesitamos”.

Foto: Equipo de Vida Ascendente que forma parte del secretariado diocesano para la Pastoral de los Mayores.

En en segundo momento, el Obispo ha propuesto el cuarto mandamiento de la Ley de DiosHonrarás a tu padre y a tu madre–, como un criterio verdadero para entender las relaciones con las personas mayores. “En la vida de la comunidad cristiana tenemos el peligro de entender que la fe tiene que ver sólo con ideas o desde los sentimientos, pero no con nuestras acciones concretas. Parece que ser cristiano es lo que cada uno quiere que sea y que la vida familiar, social, laboral, etc., no tiene que ver con la fe cristiana, cuando la vida cristiana no puede prescindir de su componente moral, ese modo de conducirnos en la vida con criterios no siempre coincidentes con los intereses particulares ni mucho menos con los criterios de la cultura dominante”. De este modo, ha explicado el significado y sentido de este honrar a nuestros mayores “reconociendo el valor de  nos han engendrado para la vida y, en algunos casos, también para la fe. Este mandamiento responde a la realidad de lo que somos: la vida es un don, antes que nada, para lo que nadie ha hecho mérito y, aunque tengamos que acoger con misericordia el límite y la debilidad de nuestros mayores ellos son un Tú que nos antecede y que merece nuestra correspondencia”. En este sentido, el Obispo ha recordado las justificaciones que a menudo oímos para desentendernos de los mayores: “Es que yo tengo derecho a tener mi vida, decimos, olvidando de que ese derecho nos ha sido dado por el don inmerecido de la vida de la que nuestros padres son causa, aunque haya heridas que, en la relación con ellos, haya que sanar. En el ejercicio de la honra a los mayores encontraremos esa gracia del Señor”.

Fotos: algunos de los stands de la Feria de la Familia y la Vida.

Finalmente, D. Santiago ha ofrecido algunas pautas para la pastoral con y de los mayores, explicando que en la organización nueva de la diócesis se ha incorporado el secretariado para la Pastoral de los Mayores. Entre los puntos importantes de esta pastoral ha señalado: “la conciencia de que son parte del pueblo de Dios, miembros activos de la Iglesia y, por tanto, también discípulos misioneros; que es necesario pensar en una pastoral en salida, porque también los mayores son afectados por la secularización y necesitan encontrarse con Cristo y redescubrir su vocación bautismal; que hay que ayudarles a redescubrir el misterio del amor de Dios, reconciliándose con su propia historia bajo la mirada de un Dios Misericordioso; a que sean también actores de la nueva evangelización con otros ancianos, como esposos, con los hijos, con los nietos, con los vecinos, en las parroquias…; que valoremos los dones y carismas de los propios ancianos acogiéndolos e integrándolos en la comunidad desde una pastoral más trasversal; y cuidando en no caer en la tentación de la pregunta sobre el valor de la vida en términos utilitarista, con la eutanasia como herramienta legal para olvidarnos de que hemos de dar una respuesta de acogida y acompañamiento en el dolor y la enfermedad, mostrando siempre el valor y la dignidad inviolable de la vida de cada ser”. Finalmente, el Obispo ha afirmado que “podemos crear estructuras para los mayores y tener pautas claras para ello, pero no se necesitan estrategias sino relaciones humanas donde tejer redes, empezando por esas iniciativas sencillas, como el grano de mostaza, de la que nacerán grandes proyectos y cambios sociales”.

A la conclusión de la ponencia, la Orquesta Colombina, dirigida por Manuel Fernández Santilario, ha ofrecido un concierto en el que ha interpretado las mejores bandas sonoras del cine. La mañana, que ha terminado con la comida compartida, ha incluido la tradicional feria de la Familia y la Vida con stands de las distintas realidades diocesanas del ámbito de la pastoral familiar.

Este encuentro se enmarca dentro de la Semana de la Familia que, entre otras actividades, ha contado con la presencia de Miguel Garrigós Domínguez, director del secretariado de la Subcomisión para la Familia y la Vida de la Conferencia Episcopal Española, que ofrecía “claves y estrategias para la aplicación pastoral de la exhortación apostólica Amoris Laetitia. La  Catedral acogerá la clausura de esta Semana de la Familia con la Misa presidida por el Obispo de Huelva, este domingo, 20 de febrero, a partir de las 12.00 h. La celebración será embellecida por los cantos de la Coral Polifónica de la Merced, dirigida por Sergio Lazo, director del Secretariado Diocesano de Música Sacra.

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